13 de febrero de 2018

Nurit Kasztelan - Un verde pensar

Un verde pensar

No me crié en el campo.

No tuve un río al que escribirle poemas.

No tuve el río que mi ahora ex amor si tuvo

y tal vez sea esa la razón

por la que no estamos juntos.

Él siempre tuvo río en los ojos, yo no.

No sé

qué reflejan mis ojos

no sé hacia donde mirar

donde ponerle perspectiva a las cosas.

Tampoco sé qué vengo a buscar

¿será ese río que no tuve?

Más abajo del yo

por debajo de ese yo

vienen las imágenes a completarme los poemas:

una bandada de estorninos,

humedales, ese desierto.

Me asusta que provengan de poemas de otros,

estoy fuera de lo contemporáneo,

en un anacronismo

que no me queda cómodo.

Este es un estado de las cosas:

tengo que cambiar

el envase del cuerpo.


Punto ballena 

Como la ballena que pudo salir del océano

pero decidió volver

vuelvo hacia dentro de mí

este exceso de realidad me confunde.

Distribuir la energía es un arte, como todo.

Dejo en suspenso las cosas.

Por más elástico que sea

el corazón no es un músculo voluntario.

No se puede bailar con el corazón roto,

por ejemplo.

Dejar atrás el Paraná

es una experiencia abrumadora

algo se expande

pero mi pensamiento urbano lo reduce.

¿Dónde queda la serenidad?



Como a la ballena que de tan pesada

le cuesta moverse

me muevo despacio

pesada, densa

en el movimiento está mi propia inercia.

Todo lo que veo

parece pertenecer a otro lugar, a otro orden.

Todavía no me acostumbro a las cosas

moviéndose mas rápido que yo.

Siempre fue al revés

me movía mas rápido que las cosas

que las personas.

Se trataba de tener

un punto de referencia estable

desde el cual organizarme.

Acá, todavía, hoy, estoy

¿dónde?

en el lugar de mayor inercia del cuerpo

pero

hasta dónde puede un cuerpo

hasta dónde un corazón.


[Fuente: Revista Carapachay: https://revistacarapachay.com/2016/12/07/13-2/]

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