Libros a bordo: un programa para  fomentar la lectura de los chicos isleños
 
 Valentina y Mateo viajan una hora y media todos los días, en lancha, para llegar al colegio. Viven en arroyo Durazno y Paycarabí y estudian en la Escuela 12 de Paraná Miní. Igual que cientos de chicos del Delta de San Fernando, pasan horas a bordo para ir y volver de clases. Pensando en ellos, docentes isleños lanzaron en septiembre el Programa Libros Para Viajar. Desde entonces, cajas y canastas con libros de cuentos y novelas flotan en las lanchas escolares de la zona.
 
“A Mateo le gustó mucho leer libros de dinosaurios y monstruos. A Valentina, Colmillo Blanco y libros de María Elena Walsh. Yo también me leí De A para X y ahora estoy con las Historias Extraordinarias de (Edgar Alan) Poe. Leo más en la lancha que en mi casa”, cuenta Jésica Martín, ama de casa y mamá de Mateo y Valentina, de nueve y siete años. 
 
El Programa Libros Para Viajar depende de la Biblioteca Pública Santa Genoveva, del Arroyo Felicaria. “Es generar espacios de lectura en la lancha que los chicos usan todos los días para ir al colegio. Muchos viajan hasta dos horas de ida y dos de vuelta. Es una gran oportunidad para leer”, dice Marisa Negri, docente, poeta, editora e impulsora de la iniciativa, que hasta ahora funciona en seis lanchas escolares. “Queremos seguir sumando lanchas y recorridos, pero necesitamos para eso que los docentes se comprometan con el proyecto, ya que cada caja va de la mando de un docente mediador de lectura. Alguien que ‘convida’ a leer a los chicos”, explica Negri, profesora de prácticas del lenguaje en la Escuela Técnica 1. 
 
En un principio, la propuesta apuntó sólo a los chicos. Pero las madres a bordo también pidieron lecturas, y los textos para adultos llegaron a las cajas viajeras. “Ahora queremos sumar también libros sobre el Delta. Lo importante es que son pensados para estos chicos, según sus intereses. Recuerdo un intento fallido que hizo otra biblioteca hace unos años y en las lanchas pusieron libros de descarte que no le interesaban a nadie”, compara la docente. Ahora, se leen obras de Graciela Cabal, Silvia Schujer, Laura Devetach, novelas de John Berger y poesía. 
 
En los viajes por el Delta, algunos libros causan efectos especiales. Como la obra Zoo insular, de Cófreces & Muñoz. “Es sobre bichos del Delta y enseguida empezaron a reconocer los animales, a contar anécdotas y a dibujarlos”, recuerda la docente. Los más chiquitos se sumaron de lleno a la iniciativa; a los más grandes es difícil separarlos de los teléfonos celulares. Aunque muchas veces los pequeños piden a los mayores que les lean en voz alta. 
 
“La primera semana se rompieron dos libros de tapa dura. Ahí me di cuenta que muchos chicos no estaban familiarizados con el objeto libro. Y empezamos a trabajar en eso. Creo que es difícil medir el impacto de estas acciones, se ve con el tiempo -dice Negri- Muchos no tienen libros en la casa y está bueno que circulen en espacios que no sean escolares”.
 
Los pasajeros de pocos años, que todavía no leen solos, también son usuarios del Programa. Como León, de cuatro años. “El último libro que trajo de la canasta de la lancha se llama Tomasito va al jardín. Se lo leemos una vez y después él va repitiendo lo que se acuerda, que es mucho”, cuenta su mamá, Sandra Tomaselli. Desde que descubrió las cajas con libros en la lancha, León “vuelve a subir cada día esperando a ver qué otros libros encuentra”. 
 
PARA SUMAR LIBROS
 
La mayor parte de los textos que llenan las cajas y canastos que forman parte del Programa Libros Para Viajar pertenecen a la Biblioteca Santa Genoveva del Arroyo Felicaria, en el Delta de San Fernando. Pero también hay obras donadas, y los aportes pueden seguir creciendo. Para sumar material, se puede contactar al Programa a través de Facebook o escribiendo un correo a bibliogenoveva@gmail.com
 
Luciana Rosende
 
fuente: http://elargentinozonanorte.infonews.com/nota/259462/libros-a-bordo-un-programa-para-fomentar-la-lectura-de-los-chicos-islenos