31 de marzo de 2017

Taller de cine para jóvenes en la Biblioteca Sarmiento

 
Museo Sarmiento del Delta 
La Agencia de Cultura del municipio invita a participar de la disciplina audiovisual, que se realizará durante abril y mayo. Tendrá lugar en el Museo Sarmiento del Delta y los interesados podrán participar de forma gratuita.

Bajo el lema “Jugá y experimentá con tus propias historias”, el Municipio de Tigre, a través de la Agencia de Cultura, presenta un taller de cine, destinado a jóvenes de entre 13 y 18 años. La actividad tomará lugar los martes 4 y 18 de abril, y 9 y 23 de mayo de 12 a 13.30 hs, en el Museo Sarmiento del Delta, ubicado entre el Río Sarmiento y el arroyo Los Reyes.

El objetivo del taller está apuntado a que sus integrantes desarrollen su creatividad y su lado artístico, expresándose libremente e inventando sus propias historias para que luego experimenten y jueguen con el material que ellos mismos crearon.

La participación será de forma libre y gratuita. Para más información, comunicarse con la Agencia de Cultura al 4512-4572.

26 de marzo de 2017

Festival de Poesía Tigre - Convocatoria


Continúa la convocatoria al
FESTIVAL DE POESÍA DE TIGRE
Auspiciado por la Agencia de Cultura
Invitamos a poetas que vivan en Tigre a participar de una selección previa para intervenir en el Festival que se realizará en abril.
Enviar una breve descripción de su trayectoria y cuatro poemas a cultura@tigre.gov.ar

23 de marzo de 2017

Lobodón Garra - Río Abajo




Dos de los ríos más grandes de la tierra, el Paraná y el Uruguay, reunidos más tarde para formar el río de la Plata, el más ancho del mundo, descienden trayendo su inmenso caudal de agua desde las más distintas regiones de la América del Sur. Unos nacen en la Sierra do Mar, casi sobre el Atlántico, en el Brasil; otros bajan directamente hacia el Sur desde los lindes de la cuenca del Amazonas, a través de aquel país y del Paraguay; otros, aún, traen de Bolivia deshielos de la cordillera de los Andes; y, los últimos, abren su cauce desde el Norte, centro y litoral de la Argentina y las cuchillas del Uruguay. Esa inmensa cuenca, que abarca buena parte del continente, da origen a las dos gigantescas corrientes de agua mencionadas que fluyen hacia el Atlántico, arrastrando en suspenso la primera, cada año, más de 60 millones de metros cúbicos de tierra de aluvión, producto de la erosión ocasionada por las lluvias, lo cual da a sus aguas el intenso tinte barroso que las caracteriza y que, al sedimentarse, han provocado la formación de la multitud de islas del llamado Delta del Paraná —surgido sobre el lecho de arena que antes era fondo de un brazo de mar— el que avanza constantemente hacia el Sudeste, invadiendo el cauce del río de la Plata y que, en dos o tres centurias más, según se calcula, llegará hasta la misma ciudad de Buenos Aires. Del lado izquierdo del brazo más ancho del Paraná, el Guazú, que sirve de límite a las provincias de Buenos Aires y Entre Ríos, entre aquél y el río Uruguay, se extienden las llamadas Islas del Ibicuy —voz guaraní que quiere decir arenal— el delta entrerriano donde me encuentro, tan distinto en múltiples aspectos del delta bonaerense o inferior, y al que he intentado describir en este libro, utilizando hechos reales recogidos a través de más de diez años de experiencia, en los que sólo he variado, a veces, los lugares y algunas circunstancias, pero donde nadie debe verse retratado sino aquellos que menciono con su propio nombre.

[Lobodón Garra, RIO ABAJO. EL DRAMA DE LOS MONTES Y LOS ESTEROS DE LAS ISLAS DEL IBICUY Grandes Librerías Anaconda, Buenos Aires, 1955]
 

19 de marzo de 2017

Dos comerciantes ingleses en el Delta se topan con isleños de 1816


 Las primeras noticias directas del Delta del Paraná de que disponemos son de la era republicana y corresponden a los hermanos J. P. y G. P. Robertson, comerciantes ingleses que regresaban de un viaje de negocios al Paraguay y pasaron por las islas, en 1816, a las que describen en su libro Cartas de Sud América. Dicen los hermanos Robertson:

"Al amanecer del día siguiente dejamos el Guazú... La atmósfera estaba muy cargada y un cielo encapotado amenazaba tormenta. Íbamos en una pequeña lancha, la 'Clyde'... Esperábamos llegar a Las Conchas esa misma noche... Hacíamos el camino por los intrincados arroyos que unen el Paraná Guazú con el Miní, formando lo que se llama "La Isleña", o grupo de islas... Los canales formados por estas islas pequeñas que corren desde la primera hasta la última boca del Paraná llevan el nombre de "Los Caracoles", y en alguna parte son tan angostos que permiten apenas el paso de un bote por su camino tortuoso. Cuando entramos en este lugar, el más pintoresco de las islas, caía la tarde. Las ramas de los árboles formaban por momentos un verdadero dosel sobre el pequeño mástil de la embarcación, y apenas podíamos abrirnos camino entre el follaje. Las flores comunes y las siemprevivas, las plantas y los azahares, embalsamaban la atmósfera con su fragancia: la infinita variedad de matices verdes, el variado color de las flores, los miles de pájaros que cantaban, los más diversos que puedan imaginarse y del más hermoso plumaje, daban al conjunto el aspecto de una tierra encantada cuya realidad podemos apenas imaginar.

Mientras seguíamos el curso de "Los Caracoles" empezó a cerrar la noche. Se hacía necesario dejar, sin pérdida de tiempo, aquel laberinto de canales. La escena empezó poco a poco a perder interés y no fue por cierto episodio muy divertido el encuentro de algunos carboneros de mala catadura, agazapados a orillas del profundo pero estrecho canal que recorríamos. 

Eran sujetos de apariencia feroz: el chiripá, largo hasta la rodilla, dejaba al descubierto sus piernas tostadas y musculosas, y llevaban un poncho sobre los hombros; las caras ennegrecidas por el carbón y las copiosas y negras barbas, patillas y bigotes acentuaban la fiereza de su aspecto. Los hornos de carbón, al arrojar un resplandor rojizo sobre aquellas salvajes figuras, dábanles apariencias de asesinos. Habían levantado sus cabañas con ramas y cueros, y allí tenían sus hogares. Muchos estaban acompañados por sus mujeres, tan rudas como ellos; y los pequeños casi desnudos, o desnudos por completo, veíanse por ahí jugando cerca de los hornos. 

Sería más novelesco decir que aquellos carboneros nos causaron daño, pero lo cierto es que no nos molestaron para nada... El piloto consideró imprudente permanecer más tiempo entre las islas y los bajíos, por eso, abandonando "Los Caracoles", resolvió poner proa directamente a Buenos Aires, a través del río"


(extraído de Liborio Justo, "Prólogo a la primera edición" en Domingo Faustino Sarmiento, El Carapachay, Buenos Aires, Eudeba-Municipio de Tigre, 2011, pp. 21-22).


17 de marzo de 2017

La Komando en el Delta - Laura Ramos

La Komando. Lleva una barba candado tatuada en la cara y seis cuernos de teflón incrustados en la frente.

Por fin, después de casi diez años de ranchear en el Delta en una vivienda alquilada, la Komando tiene su propia casita. Alzada sobre unos tirantes de madera, a tres metros del suelo barroso de la isla y exactamente a la altura de las copas de los árboles, la pequeña construcción fue terminada con la ayuda de un puñado de amigos, todos vecinos de las cercanías del río Carapachay, que fueron llegando con diversas clases de ofrecimientos: mercancía, materiales, mano de obra, vehículos. Con el adelanto en metálico sobre futuros trabajos de pintura que le dio un vecino, pagó la estructura de una casita prefabricada: un monoambiente. Otra vecina, buena carpintera e isleña de antigua data (una de las chicas más lindas y peligrosas que podías toparte en El Dorado en los años noventa), le hizo, gratis, los trabajos de carpintería. Un amigo de capital, también carpintero, cirujeó las puertas y ventanas por la zona de Constitución y luego se las llevó con el flete hasta el puerto. Luego la ayudó a transportar las carpinterías en la lancha colectiva hasta el canal que los isleños llaman Venecia. Otra amiga, cantante y experta plomera, se ocupó de las cañerías, y su novia, de las instalaciones eléctricas.
Todo el proceso se dio paso a paso: conseguir el terreno, hacer las mediciones, armar la prefabricada, poner el agua, el motor, el cableado de luz. El invierno pasado fue un poco duro porque aún no había instalado la salamandra, pero a Marión no le asusta una vida más bien primitiva. “Cada vez necesito menos cosas: prefiero que el teje sea cada vez más básico, como vivía la gente antes.” El tensor de hierro que se amarraba entre dos árboles en su vieja casa fue donado a unos amigos de Capital. Dejó de practicar las suspensiones: media hora colgada de los omóplatos con la cabeza inclinada hacia adelante, con la piel atravesada por unas agujas de cuatro milímetros de espesor que la sostenían. Las agujas, al desprenderse de sus ganchos, le desgarraban pequeños trozos de piel y le dejaban huellas similares a las de una bala. Después de cinco años seguidos de práctica, su espalda quedó como el blanco de un campo de tiro. Tampoco hace más shows de suspensiones en boliches de la capita. “Para mí el teje es bastante emocional, no necesito colgarme”. Como le dicen sus amigas, a las que llama las “monstras”, se volvió hippie.
Pero los tres gatos la acompañaron en la mudanza. Sólo uno de ellos, Ron, recibió con cierto recelo a Ringo, un gatito que se trajo este verano de Villa La Rosa, la chacra de un amigo artista donde pasó la época de cosecha “hipiando, haciendo la huerta en el piso, recogiendo fruta”. También se mudó la decoración de afiches y tarjetas de invitación a sus shows de bondage, los recortes de revistas con imágenes de piercings y tatuajes, un almanaque con una foto de la Komando vestida sólo con slip. Y las botellas de plástico para hacer plantines, y el pequeño televisor blanco y negro que capta los canales de aire por medio de una espumadera de metal atada al tornillo de la antena.
Tal vez algún día se saque los seis cuernos de teflón quirúrgico que tiene implantados a ambos lados de la frente. El resto de sus modificaciones corporales le siguen gustando: el tatuaje de barba candado color negro que hace juego con las cuatro cicatrices que le cortan la cara a la altura de las patillas, los piercings, las escarificaciones, las calaveras, las inscripciones, las cruces y las quemaduras con diseños tribales. Y la cresta oscura que orla su cabeza… ¿no es su corona?
Por ahora no tiene novia. Desde que murieron sus padres, hace ya unos años, su extensa red de amigos conformó su familia. “En realidad está buenísimo estar sola, es bastante necesario un tiempo de autoconocimiento. Un día por semana necesito no hablar con nadie”. De todas maneras, su vida social es bastante intensa, entre los encuentros con los amigos tigrenses y las visitas de la ciudad. Y sigue tatuándose: el año pasado un amigo le tatuó, en las piernas y en el pecho, una serpiente y otros motivos de las tribus del noroeste. Los tatuajes que le hizo en el cuello son de motivos más abstractos, también tribales. Cuando no hace trabajos de pintura o de cuidado de jardines (su reputación fue creciendo por el “boca a boca” en la isla: “soy un poco colgada pero lo hago bien”), lee o escucha música. Lee los complicados ensayos filosófico-políticos de Jacques Raciére que le presta un vecino, y escucha a The Clash, The Cure (“Robert Smith marcó mi vida”) y la nueva cumbia colombiana o peruana. Pero lo mejor es sentarse en el muelle y mojar los pies en el arroyo, pescar aunque sólo haya dos dedos de agua, mirar el horizonte. “Es parte del teje”.

[Fuente: Clarín, 28/04/13 ]

15 de marzo de 2017

Delta (Ana Lía Schifs)

https://http2.mlstatic.com/delicados-airecitos-ana-lia-schifis-D_NQ_NP_13666-MLA134632924_3132-F.jpg


Ana Lía Schifis (Buenos Aires, 1948-2000). Títulos principales: El puro acontecer y Delicados airecitos.
 
 
 
Delta
                                                         ¡Basta! o demasiado
                                                                    William Blake
I
Ardiendo
es que muero
en la belleza del día
que estalla en mi ventana
silencio del río,
en su rumor fluyo
sin fronteras
II
Florecida la palabra
en delirante fermentación,
llena la inmensidad
III
Si esta inmensidad
iluminara cada mañana

sería mía la vida entera

[FUENTE: http://pajarodemimbre.blogspot.com.ar/search/label/Ana%20L%C3%ADa%20Schifs]

Intercambio de Semillas en la Estación Fluvial


13 de marzo de 2017

Emma Barrandéguy - Tigre y adjetivos


Barcos muertos
con sus costillas llenas de musgo,
inútiles defensas
de maderas agujereadas
donde asoman tornillos desvalidos y toscos,
sauces obstinados en sus verdes ramajes
sobre el tronco caído mecido por el río,
añosas casuarinas
mostrando sin pudor sus raíces al aire
y verdes enloquecidos
cayendo sin prisa
hasta el borde de los riachos.
Muelles, muelles, muelles.
Veleros sin velas
y cruceros con mujeres doradas
bajo la toldilla,
fuera de borda veloces
y esquiadores saltando la estela de las lanchas,
frágiles remeros mirando a su timonel,
grandes botes de carga, almacenes flotantes,
pequeñas canoas para los mandados
y un hombre parado
en la popa de su chalana
con la pala contra la nube
que se recuesta en el agua
y mirando,
en el enorme silencio del atardecer
cuando el zorzal llama
monótono y armonioso
y se encienden las luces de las casas
que navegan
entre los árboles y las hortensias.

Emma Barréndeguy (1914-2005) se trasladó de su ciudad natal Gualeguay (Entre Ríos), a Buenos Aires en la década del 30, ya recibida de maestra normal y con un título de bachiller obtenido en Gualeguaychú. Pronto pasó a ser la secretaria privada de Salvadora Onrubia de Botana, con lo que accedió al movido círculo en torno al diario Crítica. Buenos Aires le permitió ampliar sus intereses políticos, canalizar sus experiencias eróticas y profundizar en la lectura y la escritura, pero no suplantó a la provincia, a la que volvía con regularidad. Es precisamente el relato autobiográfico y transgresor de su vida en aquellos años, tal como lo presentó en Habitaciones (Bs. As. 2002), lo que dio a conocer su nombre en el último período de su vida. Pero no la prosa sino la poesía, abrevada también en la tensión centro-periferia, la que acompaña el ciclo completo de su existencia: a los cuatro libros de poemas que publicó en vida hay que sumar una vasta producción inédita. (Irene Weiss)

en Poesías Completas. Emma Barréndeguy. Colección Fénix. Ediciones del Copista, Córdoba, 2009

[http://pajarodemimbre.blogspot.com.ar/]

Islas del Delta - Talleres de Capacitacion Artistica


12 de marzo de 2017

Horacio Butler . El Delta transfigurado

(Buenos Aires, 1897-1983). Estudió en la Academia Nacional de Bellas Artes y en 1922 viajó a Europa, donde perfeccionó su formación en Alemania, Italia y Francia. En París frecuentó los talleres de André Lhote y Othon Friesz. Regresó a la Argentina en 1933 realizando una exposición de sus obras en la galería de Amigos del Arte, en Buenos Aires. Fue profesor de dibujo en institutos nacionales; ilustró la obra de Hudson Mansiones verdes para una editorial de Estados Unidos, y realizó escenografías para los teatros Colón, Solís de Montevideo y Scala de Milán. Está representado en el Museo Nacional de Bellas Artes, en los Provinciales de La Plata, Santa Fe, Córdoba, Rosario y San Juan; en el Museo de Arte Moderno de Nueva York y en el de Brooklyn. Los paisajes de Tigre son la referencia constante en sus pinturas. También pintó naturalezas muertas y temas de la vida familiar. Aunque ecléctica, su obra muestra desde la década del veinte una influencia cezanniana y de su maestro Friesz, sumadas a notas del cubismo.



                          









Muestra "Agua" de Pilar Franco en la Agencia de Cultura


9 de marzo de 2017

Heráclito nada (Alberto Muñoz)


Alberto en su casa del A. Espera /2016



I


Olvido lo que hay que olvidar estando despierto; nadie sueña si no nada. Miro una orilla reverdecida que puede ser un ojo; la razón es un pequeño ojo. Lo que me rodea parece triste pero es pura sagacidad. Una razón desestabiliza todas las palabras que el oído no puede soportar. Se rompe la cáscara contra la orilla. Llegan noticias que viajan por el aire como nubes o desprendimientos. Habla una voz que hemos construido para entendernos. Nadando la voz se fatiga y sufre. La voz no esconde sus lujos. La voz es el manjar de la muerte.

2


El agua sale por la boca, es una fuente; se adhiere a la comunidad. Común es el aire que la lleva y la mueve. Común es la respiración que se adhiere a la comunidad. Viene de otro lado el ruido de unos escombros cayendo sobre la chata membrana del río. La comunidad se rompe, nace suavemente un huevo, un vicio lleno de saberes. El agua no sabe, muere cada vez que sabe. El agua es comunal. El saber, descomunal.

3


Los pies tocan la orilla. El cuerpo montado sobre ellos es amarillo y caliente. Caminando sobre una verde estación de hojas comienza la música. El cielo es el único tamaño a considerar. Si estuvieras cerca diría: Me complace tocarte y darte un tamaño mayor al de toda mi vida. ¿Sabés cuánto mide mi vida?


4

Tu perro está triste, Deberías enseñarle a nadar. Esos huesos que roe no pueden ser más que hiedras parásitas. Deberías atarle al cuello una felicidad bien enhebrada, leche de los astros que pueda sosegar su ferocidad. Yo tengo pocos animales a mi cuidado. Me complacería tener una boa, pero requiere cuidados que sólo le otorgué alguna vez a mi madre y hace mucho tiempo.

de "Los apestados / Heráclito nada" Ediciones en Danza, 2016.


Alberto Muñoz nació en Buenos Aires en 1951.Es poeta, músico, dramaturgo y guionista. Una de las voces esenciales de nuestro río, habita hace dos décadas una casa en el Arroyo Espera - delta de Tigre. Últimos libros publicados: El naturalista (En Danza, 2010), La luz contra el centeno, antología (Continente, 2013), Leyland (En Danza, 2015)
 
[FUENTE: Pájaro de mimbre ]

6 de marzo de 2017

Encuentro de Fotografía para Jóvenes


Diego Monticelli - Instantes Convergentes - Muestra de Fotografías



La apertura de la exhibición del vecino y artista de Tigre, Diego Monticelli, refleja situaciones cotidianas de los paisajes del distrito. Con entrada libre y gratuita, el público podrá visitarla hasta el 19 de marzo.

La exposición invita a reflexionar sobre situaciones del Delta que se encuentran cristalizadas por su cotidianeidad. El río Luján se vuelve protagonista como límite físico y conceptual que, a la vez, pone en relación dos realidades muy diferentes: la insular y la continental. Monticelli se interesa por el momento en el que el río, más allá de su belleza dentro del paisaje, constituye un espacio de relación, un puente. Sus fotografías invitan a sumergirse en las historias de las personas que por diferentes razones cruzan esta frontera acuática y dan lugar a la posibilidad de pensar posibles historias y encuentros entre la isla y la ciudad.

La muestra puede verse en la Casa de las Culturas, conocida también como ‘Villa Carmen’, ubicada en Bartolomé Mitre 370, hasta el 19 de marzo. El ingreso es libre y gratuito los días miércoles, jueves y viernes de 10 a 18 hs; y sábados, domingos y feriados de 13 a 18 hs.

5 de marzo de 2017

Tigre en el recuerdo


Una mirada desde los cielos. Compartimos esta toma aérea realizada en 1976, donde se observa el palacio municipal ubicado sobre la Av. Cazón 1514 de Tigre centro. El emblemático edificio distrital fue construido en la primera década del siglo XX. Tras más de 100 años, hoy continúa luciendo su estilo de arquitectura ecléctica de impronta europea, típica de varias de las mansiones construidas durante la “belle epoque” argentina.