La pasión del pintor
Ayudo a Christian con varios
bastidores de más de 2 metros de largo (“cada vez pinto más grande”) y cajas
con acrílicos, pinceles y otros materiales para bajarlos de la camioneta y
subirlos a la lancha colectiva con destino a su hogar-estudio, allí en la
segunda sección, a más de dos horas de viaje. “Cada vez que vendo un cuadro,
re-invierto en materiales” me comenta. Siempre me pareció un tema muy
complicado el concepto de identidad, el ser argentino, el ser isleño, etc.
Utilizando una técnica de reducción al absurdo, podría uno hablar del ser de la
segunda sección, de la primera, del río Carapachay y así hasta el ser de los
barrios internos. Pero por más complicado que sea no quiere decir que no exista
y al fin y al cabo es el tema de nuestra revista. Por eso ametrallo a Christian
con la primera pregunta:
-¿Sos un pintor isleño?-
Christian se queda pensando.
-Yo diría que soy un pintor
bastante isleño. Maduré como pintor acá, en la isla. No puedo salir de las
cosas que suceden alrededor mío. Me imagino que a vos te pasa lo mismo que a mí,
o que a cualquier artista que viva en la isla. Ves una planta, un árbol,
alguien navegando, despierta un pasión, un amor por lo que sucede
cotidianamente. Lo que a mí me mueve, me inspira, es la pasión por lo que
siento, por lo que me pasa con la naturaleza. Si no siento eso por los motivos
de mis pinturas todo me cuesta más. Puede haber artistas viviendo en la isla
que tengan otra temática, pintar aviones, edificios, qué sé yo.
-Hablemos de los temas de tus
pinturas-
-El monte es un lugar lleno
de misterio, habitado por otros seres, otros sonidos, animales. El monte es
intransitable, y de noche ni te cuento, te lastimás. El monte no pertenece al
hombre, se protege a sí mismo y protege a los seres que viven en él.
-Me llaman la atención tus
escorzos en algunas pinturas, el monte es bastante plano cuando uno lo ve....
-Si lo mirás de afuera,
cuando te introducís deja de ser un muro, allí están los escorzos. Soy
básicamente un pintor realista, aunque trato siempre de colocar pinceladas mas
frescas que sugieran algo, yo te diría que incluso surrealista con el
tratamiento de dimensiones que no se dan, trato siempre de cambiar de técnicas,
divertirme. Mi especialidad, mi fuerte, es la carbonilla, pero como te dije
antes, lo que me motiva es la pasión.
-¿Cómo movés las pinturas,
tu arte, tan lejos del circuito tradicional?
-Ya antes de venir a la isla
estaba alejado del circuito, la pintura, este oficio, permite eso, vivir un
poco alejado de la ciudad. Igual trato de mover todo lo posible, cuanta más
gente mire mi trabajo mejor. No trabajo todos los días, aunque en mi mente sí,
está trabajando todo el tiempo. Aquí hay otros trabajos que hacer, que los
animales, la huerta, las embarcaciones, todo es parte del aprendizaje, de la
vida del pintor en la isla.
Fuente: Revista Isleña
Reportaje: Gabriel Litwin