“CONFLUENCIA” DE INÉS KREPLAK: EL RÍO COMO
FRONTERA
La novela Confluencia (Alto Pogo, 2017) de Inés Kreplak
propone una narrativa tan fluida como el río, el cual ocupa un lugar principal
en la obra. Mediante un descubrimiento personal que tiene a un
conjunto de circunstancias extremas como motor, la narradora de este libro
va transformándose a medida que va conociendo la vida que se forma al rededor
de esa cinta de agua que algunos ignoran y otros eligen como su
hogar.
Sobre la autora
Inés Kreplak nació en Buenos Aires en 1987.
Estudió Letras en la UBA. Trabaja en el área de comunicación de la Defensoría
del Pueblo de la Ciudad y es docente universitaria. Coordina un taller
literario y varios proyectos de promoción de lectura. Entre otros, fue curadora
de la colección de narrativa contemporánea Leer es futuro del Ministerio de
Cultura de la Nación y fundadora de la primera Biblioteca al Paso. Confluencia es
su primera novela.
El río como
frontera
¿Qué se puede
hacer cuanto todo se vuelve repentinamente inestable? Similar a ciertos
colectivos de línea, los problemas parecen no venir nunca o pasar todos juntos,
sin darnos tiempo de reacción. A partir de esos momentos claves, Confluencia (Alto
Pogo, 2017) de Inés Kreplak empieza una historia que va a navegar por las
corrientes turbulentas del río, el principal protagonista de esta novela.
El
descubrimiento de una enfermedad crónica y los deseos de ser madre ponen en
jaque a la narradora de este libro que a priori busca una salida dentro de sí
misma hasta darse cuenta que tomó el camino a contramano. A partir de su
curiosidad por la vida en el Delta de Tigre y revivir una relación con Malena,
una conocida que eligió cambiar su forma de vida para vivir ahí, la fluidez del
relato empieza a tomar un ritmo donde confluyen y se difurcan distintas
historias personales con la historia de un país que tiene una relación un tanto
compleja con los ríos que la atraviesa.
Uno de los
grandes logros de Confluencia es el pasaje casi natural de una
historia centrada en la vivencia personal de la narradora a un interés cada vez
mayor por lo que sucede con los demás, sirviendo Malena como un espejo donde
verse deformada y en movimiento, al igual que sucede cuando se ve el propio
rostro en el río. En ese sentido, puede leerse: “Ella y su vida fueron
también excusa para que yo mirara para adentro y pensara en mi vida, en lo
construido y en lo que también me falta construir, y en los esfuerzos que cada
paso requiere”.
Ese pasaje, que
tiene al río como frontera, se puede ver en el cambio de protagonista, donde
Malena ocupa un lugar más importante en Confluencia, así como
también las historias que la rodeaban en las islas, convirtiéndose la narradora
en alguien casi con un registro de cronistas tras ser, en los primeros
capítulos, una persona que parecía estar centrada en sí misma.
Con un registro
amigable y sin temor a las referencias culturales, políticas y sociales que
hacen a la coyuntura de su producción, la primera novela de Inés Kreplak logra
introducir al lector en un mundo extraño y a la vez similar, lo mismo que
ocurre cuando se visita el Delta de Tigre. Eso, que parece otro país con sus
reglas de vida propias, está a pocos metros de nuestra vida cotidiana. Confluencia,
en definitiva, habla de eso muy bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario