Nuestro experto en cuestiones agrícolas Federico Baglietto
continúa explicándonos diversas prácticas que mejoran de manera natural
nuestros cultivos en la isla.
– ¿De
qué se trata esta novedosa técnica?
–En realidad, los abonos verdes son una
práctica muy antigua. Fundamentalmente lo que se hace es enriquecer el suelo
mediante el cultivo de plantas, sobre todo leguminosas. No existe en el suelo
nitrógeno de origen mineral como sucede con el fósforo, potasio, calcio, etc.
El nitrógeno llega al suelo principalmente a través de las leguminosas.
Inclusive el compost lo que hace es reciclar el nitrógeno que forma parte de
los tejidos de las plantas. La entrada original del nitrógeno al ecosistema, al
suelo, es mediante la fijación que hacen las leguminosas.
–¿Cómo
puede llevarse a cabo?
–El procedimiento consiste en cultivar en un
cantero las leguminosas para que fijen el nitrógeno. Este compuesto en realidad
está en el aire. La fijación de nitrógeno se genera por medio de una relación
de simbiosis (beneficio muto) entre una bacteria (rhizobium) y la planta. La bacteria produce nitrógeno que le va a
servir de nutriente a la planta, y ésta proporciona carbohidratos, savia
elaborada, que alimentan la bacteria. Inclusive la planta genera una sustancia
que recubre los nódulos de la bacteria protegiéndola del exceso de oxigeno.
Cuando hay mucho oxígeno la bacteria no puede trabajar. Es una de las
relaciones simbióticas mas profundas de la naturaleza.
–¿Cuáles
son las leguminosas que conviene cultivar en la isla?
–La leguminosa más cultivada dentro de las
prácticas agrícolas generales es la alfalfa, que se deja varios años para
abonar un campo. En la isla, las leguminosas en estado natural son; el ceibo, la
rama negra, un arbusto, y otras enredaderas como el isipó. En la isla las
variedades cultivadas que mejor funcionan son las habas y la vicia.
–¿Cuáles
son los tiempos que hay que respetar?
–El procedimiento es cultivar los canteros
que se quiera con las habas o la vicia en otoño-invierno, cortarlos en
primavera y sembrar el cultivo sucesor, que pueden ser maíz o tomates, plantas
que requieran mucho nitrógeno para aprovechar nuestros canteros abonados. Al
sembrar habas o vicia en el cantero, éste requiere ciertas condiciones para que
las bacterias funcionen bien y la fijación del nitrógeno sea la apropiada. El
suelo tiene que estar bien labrado, suelto. Los suelos compactados no fijan
bien los nutrientes.
Hay que proveerlos bien de calcio y fósforo,
agregando un poco de harina de hueso antes de sembrar y un poco de ceniza para
bajarle el nivel de acidez. También resulta muy conveniente asociar el cultivo
de nuestras leguminosas con alguna gramínea. En el cantero entonces hay una línea
de habas, vicia o la leguminosa que elegimos y una línea de centeno o avena que
son gramíneas que funcionan bien en la isla. La gramínea toma nitrógeno del
suelo obligando a las bacterias a producir más para compensar la falta del
mismo. Las bacterias trabajan por necesidad de nitrógeno, por eso no conviene
abonar el cantero con guano de gallina, que tiene muchísimo. El nitrógeno que
toma la gramínea está contenido en la planta. Cuando se corta y se incorpora al
suelo, el nitrógeno vuelve al suelo.
–¿Cuándo
y cómo hay que cortar las plantas?
–Es importante recordar que tanto las
leguminosas como las gramíneas se tienen que cortar en plena floración
(octubre). El nitrógeno está acumulado en las raíces en forma de bolitas. Las
plantas se cortan a ras del suelo. Si no se cortan las plantas van a usar el nitrógeno
para formar los frutos. También en vez de cortar se pueden quebrar. Quebrar la
planta significa acostar la planta en el suelo, sin cortarla. Esto evita que
venga una marea y se las lleve: éste no es un uso habitual en la isla, pero yo
lo pongo en práctica y lo recomiendo. Para un abonado más rápido se las puede
enterrar a 10-15 cm de profundidad, habiéndolas secado previamente para que no se
generen hongos por la humedad. Una vez cortadas o quebradas el nitrógeno pasa a
estar disponible en el suelo a partir
de 30 a 60 días, cuando el nitrógeno pasa de amonio a nitrato. El maíz se puede sembrar directamente sobre las leguminosas y gramíneas,
cortadas o quebrarlas, sin hacer una gran labranza o casi nada.
–¿El
abonado verde debe considerarse más beneficioso para las plantas que el método
del compost?
–Por sí solo, el abono verde no reemplaza
todos los nutrientes que aporta el compost. El punto es que en general no
tenemos suficiente compost para canteros más o menos grandes si vamos a
cultivar maíz, por ejemplo. De cualquier manera, el abonado verde intensifica
el crecimiento y origina buenas condiciones para el cultivo para casi todas las
plantas. Otro método que se usa es inocular semillas con las bacterias. Un mes
antes de sembrar (en abril) se cultivan en almácigos las plantas que vamos a
utilizar como abono verde. Una vez que estas plantas se desarrollaron más o
menos bien en el almácigo, se les retira con cuidado las raíces y se licuan en
agua de lluvia o mineral. Es ese licuado de raíces y agua las bacterias
permanecen y se pueden remojar un rato las semillas que se van a sembrar como
cultivo sucesor. Este método aumenta la cantidad de bacterias y posibilita que
se disponga el nitrógeno inmediatamente para el cultivo sucesor. El cultivo de
leguminosas y gramíneas asociadas como abono verde mejora considerablemente las
condiciones del suelo.
Federico
Baglietto
(técnico en Producción
Vegetal Orgánica,
Fac. Agronomía,
UBA;