28 de febrero de 2013

Obras del Municipio en Febrero 2013



1) Luego de recibir la solicitud de vecinos del lugar que habían quedado aislados, incluida una lancha almacenera, por la caída de dos álamos que terminaron cruzados sobre el arroyo Guayracá, impidiendo la navegación, la Secretaría de Servicios Públicos acudió con su personal de guardia para resolver el problema, cortando y retirando del lugar los troncos caídos.

2) Se reiniciaron los trabajos de construcción de veredas de hormigón armado en el canal Rompani, financiadas totalmente por el Municipio de Tigre. Además continuó realizando su rutina de mantenimiento de los parques de los CAPS y Museos de Islas. Se realizaron trabajos de corte de pasto, rastrillado y limpieza de costa en la sala del río Carapachay y en la Escuela 13.

3) Retiro de un árbol de gran porte caído en el arroyo Espera Nº 316

4) Personal de la secretaría de Servicios Públicos trozando y retirando del lugar un árbol caído sobre el tendido de alumbrado público en un sendero interior que une el río sarmiento con el arroyo Espera. De esta manera por un lado se realiza el mantenimiento del alumbrado dañado por la caída y por otro se libera el paso peatonal que había quedado totalmente obstruido.

5) Apoyo logístico dado por la Secretaría de Servicios Públicos colaborando con el transporte y colocación de poste en el río Urión , para la instalación de la planta potabilizadora de agua que servirá a la escuela Nº 17, en río Urión y arroyo Arroyón, y que terminará de instalarse en los próximos días. Asimismo, se colocó un poste de eucaliptus acceso a la planta potabilizadora a instalarse en la escuela.

6) fue colocada la escalera del muelle frente al Honorable Consejo Deliberante que había sido arrancada de su lugar al embestida por una embarcación desconocida.

[Fuente: Secretaria de Prensa – Municipio de Tigre]

14 de febrero de 2013

Fauna del Delta - La pavita de monte



El grito de Penélope

Las vemos con cierta frecuencia, pero más que verlas las escuchamos. Con su canto que más que canto es un grito dislocado o una serie de armoniosos chasquidos metálicos. La pavita de monte o, en su nombre científico, Penelope Obscura (¡suena a nombre artístico!) se parece, por su canto y aspecto, a la fauna exótica que miramos en los documentales sobre Oceanía.


Escribe Marcos Sastre en El tempe Argentino que “entre las aves isleñas más estimables por su carne y más útiles para enriquecer nuestros gallineros, merecen la preferencia dos magníficas gallináceas, conocidas por los nombres de pava del monte y carau. Una y otra ofrecen un alimento no menos sano que grato al paladar; recurso apreciable para surtir la mesa de los colonos del delta, y sobre todo para el regalo de los viajeros. El nombre guaraní de la primera es yacú, y tanto ésta como carau son voces imitativas de los graznidos peculiares a estas aves. Esta especie se reúne en bandadas numerosas, y elige por mansión los bosques: anida sobre los árboles y se alimenta de semillas, frutas y brotes; pero a similitud del carapachayo, no tiene otra cosa de montaraz sino su domicilio, pues su carácter más saliente es el de la tranquilidad y mansedumbre; sus costumbres son tan pacíficas como sociales.”

Alguna vez, el ave se extendió por todo el litoral Argentino, desde Chaco hasta Entre Ríos y hoy es una especie sumamente rara que solo se encuentra en el Delta inferior del Paraná. Su hábitat natural son los bosques tropicales o subtropicales, de baja altitud. Se conocen tres especies, cada una de las cuales habita en regiones distintas: Penelope obscura bronzina en Brasil, Penelope obscura bridgesi en el norte Argentino y la Penelope obscura obscura que es la habitante del bajo delta. La época de reproducción es en la primavera y el verano. Son monógamos, es decir que la pareja es para siempre, y el dimorfismo sexual casi no existe, o sea que la hembra y el macho de esta especie prácticamente no presentan variaciones significativas en su forma o aspecto exterior. Construyen su nido arriba de los árboles, y si bien pueden estar hasta los 10 metros de altura, prefieren anidar en montes tupidos o zonas sucias para que sea más difícil de encontrar. El nido lo hacen en forma de plataforma con ramas pequeñas y retoño de hojas. La hembra pone sólo 2 o 3 huevos de color blanco crema, que incuban y vigilan indistintamente macho y hembra, al igual que una vez nacidos los polluelos.

El avance demográfico y la caza indiscriminada en el pasado la transformaron en un ave en peligro de extinción. En algunas casas de vecinos y hosterías se las deja en paz. No conocemos a nadie que las críe, pues son fácilmente domesticadas y pasan a ser aves de compañía que se pasean por gallineros, patios o jardines. 

 [Fuente: Revista Isleña - Fotos: Ettore Careta]