Marea baja es el segundo largometraje de Paulo Pécora protagonizado por
Germán De Silva, un policial negro que transcurre en las selvas del
delta del río Paraná y narra la huida de un ladrón que escapa de sus
cómplices.
Como en su película anterior, El sueño del perro –filmada hace seis años–, Marea baja tiene como escenografía con peso protagónico el Delta del Tigre, paisaje que enmarca una trama plagada de incertidumbre y tensión.
La historia tiene como eje central a un extraño que irrumpe en la casita que tienen dos mujeres en el Tigre, un ladrón que huye de sus cómplices, que lo buscan para cobrarle una deuda, pero que en camino al Uruguay se detiene cerca del lugar donde tiene escondido el botín de un robo anterior.
El problema es que aquel viejo tesoro desapareció y el recién llegado asocia esa sorpresiva realidad con las mujeres que le dieron alojamiento, casi al mismo tiempo que de la nada aparecen otros dos hombres que andan tras sus pasos dispuestos a todo.
"Es una película áspera y seca, que indaga en la parte oscura del ser humano, en la violencia gratuita, en la ambición sin futuro. Un policial negro minimalista, que transcurre en medio de la selva y donde todos están atados a un destino trágico", definió el director que, además, realizó del mediometraje Las amigas y una treintena de cortometrajes.
El film, que participó en el último Festival de Beijing, tiene como figuras centrales a Germán De Silva, Susana Varela, Mónica Lairana, Marcelo Páez, Abel Ledesma, fotografía de Emiliano Cativa y edición de Mariano Juárez.
Como en su película anterior, El sueño del perro –filmada hace seis años–, Marea baja tiene como escenografía con peso protagónico el Delta del Tigre, paisaje que enmarca una trama plagada de incertidumbre y tensión.
La historia tiene como eje central a un extraño que irrumpe en la casita que tienen dos mujeres en el Tigre, un ladrón que huye de sus cómplices, que lo buscan para cobrarle una deuda, pero que en camino al Uruguay se detiene cerca del lugar donde tiene escondido el botín de un robo anterior.
El problema es que aquel viejo tesoro desapareció y el recién llegado asocia esa sorpresiva realidad con las mujeres que le dieron alojamiento, casi al mismo tiempo que de la nada aparecen otros dos hombres que andan tras sus pasos dispuestos a todo.
"Es una película áspera y seca, que indaga en la parte oscura del ser humano, en la violencia gratuita, en la ambición sin futuro. Un policial negro minimalista, que transcurre en medio de la selva y donde todos están atados a un destino trágico", definió el director que, además, realizó del mediometraje Las amigas y una treintena de cortometrajes.
El film, que participó en el último Festival de Beijing, tiene como figuras centrales a Germán De Silva, Susana Varela, Mónica Lairana, Marcelo Páez, Abel Ledesma, fotografía de Emiliano Cativa y edición de Mariano Juárez.
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