Hacia fines del siglo XIX los ríos y los arroyos del Delta del Paraná estuvieron azotados por la presencia de piratas vernáculos. En particular la Tercera y Cuarta secciones de islas, plagadas de rincones ihóspitos y de intrincados accesos, fueron escondites de forajidos y delincuentes urbanos, argentinos y uruguayos, que buscaron refugio en la zona. La forma de subsistencia de los malvivientes consistía en tomar por asalto las embarcaciones que navegaban por el Paraná repletas de mercadería de alto valor comercial. Entre los múltiples testimonios que significan la presencia de piratas en el Delta aparecen los relatos de Liborio Justo en su libro
Río abajo.
En el capítulo "Monte y sangre", el autor detalla las actividades de los maleantes más famosos. Entre "la caterva de indeseables" destaca la presencia de dos mujeres, Marica Rivero y Micaela Taborda, conocida como "La Cojuda"; cada una de ellas capitaneaba sendas bandas de piratas.
Sobre la labor intelectual de Liborio Justo sobre el delta entrerriano, ver
http://www.oocities.org/liborio_justo/rioabajo.htm
(Fuente: Cófreces & Muñoz, Tigre, Buenos Aires, Ediciones En Danza, 2010 )
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