Buenas: Mi nombre es Ariel Spadaro y vivo en Escobar; desde 1985 que voy al Delta. Quería saber si hay posibilidad de publicar uno de mis poema, dedicado al arroyo Esperita. Allí vivió hasta los 102 años, Anastacia López, cuyo muelle muelle municipal del Río Carapachay al 533, lleva su nombre. y por haber sido la primera abanderada de la escuelita de isla, cuando cumplió 100 años, la invitaron y volvió a ser abanderada. Recién este año voy a publicar, pero les dejo el escrito si hay posibilidad de publicarlo. Muchas gracias.
ARROYO ESPERITA
A dónde va tu bajante, qué Río Luján te espera aférrate a tus raíces, nunca te entregues ¡Pelea!
Se despide, con los muelles sentados en las veredas y desnuda su sequía. Un sauce llora y mielea. Cuando parece que se diluye, que no despierta la siesta vuelve el agua arrepentida; y crece, crece serena. Trae las hojas que le prestó el otoño, y como moño aquella seca flor de primavera. Asoma y se agiganta, contra el barro óxido y su gramilla reserva. Empapa todos los labios de la casuarina añeja, las canoas se revelan tornándose hacia el oeste donde el sol tibio se aleja. Y festejan las mojarras, siete de plata en su mueca que enfrentan todos los bastos y hasta el vale cuatro arriesgan. Pasean los camalotes como carrozas de fiesta, salta voraz tararira con un anzuelo entre cejas. Llega despacio la noche, el Esperita se acuesta con la histórica Anastasia, abanderada de niebla.
Todo sucede en tu día y un poema te recuerda. Ariel Escobar
Buenas: Mi nombre es Ariel Spadaro y vivo en Escobar; desde 1985 que voy al Delta. Quería saber si hay posibilidad de publicar uno de mis poema, dedicado al arroyo Esperita. Allí vivió hasta los 102 años, Anastacia López, cuyo muelle muelle municipal del Río Carapachay al 533, lleva su nombre. y por haber sido la primera abanderada de la escuelita de isla, cuando cumplió 100 años, la invitaron y volvió a ser abanderada. Recién este año voy a publicar, pero les dejo el escrito si hay posibilidad de publicarlo. Muchas gracias.
ResponderEliminarARROYO ESPERITA
A dónde va tu bajante, qué Río Luján te espera aférrate a tus raíces, nunca te entregues ¡Pelea!
Se despide, con los muelles sentados en las veredas y desnuda su sequía. Un sauce llora y mielea.
Cuando parece que se diluye, que no despierta la siesta vuelve el agua arrepentida; y crece, crece serena.
Trae las hojas que le prestó el otoño, y como moño aquella seca flor de primavera.
Asoma y se agiganta, contra el barro óxido y su gramilla reserva.
Empapa todos los labios de la casuarina añeja, las canoas se revelan tornándose hacia el oeste donde el sol tibio se aleja.
Y festejan las mojarras, siete de plata en su mueca que enfrentan todos los bastos y hasta el vale cuatro arriesgan.
Pasean los camalotes como carrozas de fiesta, salta voraz tararira con un anzuelo entre cejas.
Llega despacio la noche, el Esperita se acuesta con la histórica Anastasia, abanderada de niebla.
Todo sucede en tu día y un poema te recuerda.
Ariel Escobar