del Paraná
creciendo noche y día
sin parar.
Ranchada, barranca, tronco
se llevará
con viento y aguacero
el Paraná.
Mi rancho hasta la cumbrera
ya se anegó
ni el ceibo ni el aromo
tienen flor.
Estaba triste la tarde
cuando me fui:
cantó su dulce queja
el yerutí.
Por el río navengando
la canoa va cargada
redes, trampas, aparejos
los salbé de la ranchada.
Por el río volveré a Santa Fe.
El agua vino bramando
pobre quedé
ni rancho ni cobija
he de tener.
No me han de sacar del pago
donde nací
peleando a la corriente
he de vivir.
El cielo ya está limpiando
vuelta el chajá
calandrias y crestudos
cantan ya.
Así ha de llegar el día
en que volveré
a levantar mi rancho
en Santa Fe.
(Guiche Aizemberg/Ariel Ramírez. 1962)
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